Me llama el vacio, no respondo.

Soy un recuerdo, uno de esos que vives intensamente pero luego se olvida con facilidad y desaparece sin percatarlo, uno de esos que prometiste recordar siempre y hoy ingnoras sus gritos pidiendo que vuelvas.
Me oculto en el lugar más remoto de tu mente, desgastándome, rompiéndome poco a poco, suplicando que me mires y te vuelva a la memoria la pequeña de sonrisa tímida y ojos brillantes que se escondía tras un mechón de pelo.
Me gustaría ser como tú y poder  olvidar, me gustaría que para mí también fueras un recuerdo del vacío.