Seguidores

sábado, 10 de noviembre de 2012

De pronto me entraron ganas de volar muy alto, solo para hacer burla a los pájaros.


Según aumentaba el volumen de la música mis lágrimas iban cayendo, una por una, poco a poco, se deslizaban por mi mejilla con suavidad hasta caer y así, desaparecer. Al principio ni me di cuenta de que estaba llorando, solo me percaté de ello cuando sollocé en voz alta sobresaltándome al escuchar mi propia voz, y cuando tenía la cara tan empapada por las lágrimas que tuve que alzar la mano para secármela.
Pero, después de todo, ¿Qué importa? Solo es un poco de agua que mana de mis ojos, gotas de las que nadie, nunca sabrá nada, lágrimas que descargo en la soledad de mi habitación mientras abrazo la almohada deseando que termine todo esto.
Dejo que suene la música, que penetre en mi, que me rompa por dentro hasta que ya no quede nada, hasta sentirme vacía, hasta que me haga flotar, y me entren ganas de volar más alto de lo que ningún pájaro a volado, solo por hacerles burla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario