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martes, 18 de febrero de 2014

Una cama infinita de sábanas enredadas.

Te echo de menos.
De noche más que nunca.
La cama se vuelve eterna sin ti,
son las sábanas,
se me enredan insultantes
recordándome tu ausencia,
se ríen de mi desesperación,
buscando una última gota de tu esencia
pegada a la almohada,
donde descansabas la cabeza,
con los ojos cerrados
y la boca entreabierta,
y una mano, despistada,
sobre mi cadera.
Te extraño tanto que duele,
el no respirarte al lado,
sin tus abrazos de anocheceres,
ni tus sonrisas, que amanecían.

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