Todo lo que tengo está en una cuenta de skype, en cuatro
acordes
mal tocados que se esfuerzan por sonar un poco bien, un poco a música,
un poco a ti. Pero nada suena como tú, al ruido que haces al pasear por casa,
cuando rompes a reír o me susurras el amor en los oídos, entre gemidos, y
porque sí. Creo que eso es lo que más me duele de no tenerte por aquí, todo
este silencio.
Se me está apagando la mirada de no verte.
Te juro que creía saber lo que se sentía al echar de menos,
pero dios, ¿cómo podía estar tan lejos? Es como beberse el café frío, vivir en
un domingo eterno, quemarte con una cerilla que se consume entre tus dedos, es
ver como se aleja la primavera y no poder hacer nada para evitarlo.
No quiero
vivir un invierno sin ti.
Ni ninguna estación, siempre paso frío si no estás.
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