Tu estilo de andar por casa.

Voy a hablarte de cerrojos sin abrir
de cartas
que tengo pendientes de escribir
musas
que ahora son prostitutas
y se alían con fantasmas
para impedirme dormir.
Voy a hablarte
del mar 
que me inunda la mirada
siempre que miro la almohada
y no te veo dormir.
De vacíos,
habitantes de mis lágrimas,
si tengo que volverme a despedir.
"Ya nos veremos"
(huecos ecos).
Aún queda tiempo de existir.

Sujetas el mando
con la fuerza de un titán,
combo breaker
en el hueco de mis piernas,
y escribo un borrador
sobre esta vida de mierda
y las ganas de follarte 
sin que me importe el lugar.
Convierto cursiladas
en burradas
el olor caro del Channel 
en pizza recién quemada
y un beso
con el tacto de tu piel.

Quédate cerca.
En el bote de tomate
que me mancha la encimera,
las buenas noches 
que no tengo
y todos los buenos días
que no quiero despertar.
Quédate
a la distancia de un beso 
el susurro de un te quiero
o las ganas de bailar
cada vez
que abunda la cerveza
y el teléfono
no para de sonar.
Quédate
para encenderte un cigarro
que prenda la eternidad.