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domingo, 25 de octubre de 2015

Pero no dolió.

El viernes a las doce
te eché de menos,
pero no dolió.
Es la anestesia
de dos años de vaivenes,
de trenes en los que no me subo,
por todo eso de las naúseas
a viajar,
aunque me muero por hacerlo,
y si pongo excusas 
es porque me da miedo ir sola, 
imagina ver París sin ti.
Ahora ya me atrevo.
El viernes a las doce
te eché de menos,
pero no dolió.
 Estabas en la chica 
que sonrío al enredarse 
con mis piernas,
en la cajera ojerosa
de aquel super de barrio,
incluso en el carmín
que sangraba los labios
de la chica del bus.
Aunque tú odias maquillarte.
Siempre has sido tan guapa
como un domingo en la cama.
El viernes a las doce 
te eché de menos,
pero no dolió.
Porque dejaste de estar
en el café que removían mis mañanas.
no te vi en el cigarro
que humea al salir de clase
ni en la mujer cabrona
que te empuja en la cola
con su bolso tamaño playa.
No volviste a aparecer.
Entonces entendí.
Quise ser París,
para que otros pudieran verme
y viajar tanto 
como soportaran mis pies.
Y aprendí 
que ofrecer una calada
a una sonrisa nueva
puede ser otro principio,
novedoso para mi
que llevo chutándome finales
desde que ni me acuerdo.
El viernes a las doce
te eché de menos,
pero no dolió.
Fue la última vez,

9 comentarios:

  1. Es curioso a veces, cuando nos damos cuenta de que queremos a alguien o nos gusta o cuando esa persona desaparece de nuestras vidas, como todo, absolutamente todo nos recuerda a ellos. "La cajera, el carmín..."
    Creo que has encontrado muy bien esos pequeños detalles que a veces convertimos en mundos.

    Yo también te echaba de menos, pero al tenerte aquí otra vez, ya no duele.
    Un beso enorme! Te leo! xxx

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  2. Me ha encantado porque lo he sentido...
    aunque aún no llega mi última vez...

    Me gusta la forma en que captaste esa sensación de recuerdo constante, las distintas cosas que parecen ser espejo del que no está. Muy bueno

    Saludos

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  3. La horrible sensación de una persona, unos recuerdos desvaneciéndose.

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    1. Duele ¿verdad? Pero es como una varicela, es algo por lo que hay que pasar

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  4. Dioss... es de las cosas más bonitas que he leído aquí. En serio, adoro cómo escribes, pero esta vez es brutal. Supongo que irremediablemente me he sentido identificada. Todos tenemos un viernes que duele mucho. Y echar de menos más de la cuenta duele hasta el esófago. El final ha sido tan esperanzador... :)
    Un besito.

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    1. No sabes como me alegra leer algo así, de verdad, tus pabras me animan a seguir escribiendo.
      Un abrazo enorme :)

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  5. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  6. Y nunca te cierres las puertas a una sonrisa nueva, que seguro, que te sienta de cine. Un abrazo.

    http://elchicodelmetro.blogspot.com/

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  7. Deberías volver a escribir... No lo dejes, apuesto por ti.

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