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sábado, 14 de marzo de 2015

El coraje de un naufragio.

Puede que esta sea
mi disculpa más sincera
que el arder
titilante en mi mirada
aún no sepa que hacer
con tanto invierno,
y yo
que me hundo en mis tormentas
no quiero arrastrarte
a este naufragio,
ahora,
niégame
el coraje (o la estupidez)
de adentrarse
en alta mar
sin barco
y nada que perder.
Pero a pesar
del mar salado
y todos mis truenos
jamás 
he querido hacerte daño,
que aunque he disparado
a muchos,
a ti nunca
te he apuntado.

1 comentario:

  1. "Que aunque he disparado a muchos, a ti nunca te he apuntado".
    Me has endulzado la mañana del domingo.

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